Es de público conocimiento la delicada situación que se está viviendo en Europa del Este a partir de las acciones militares que ha encabezado Rusia al mando de Vladimir Putin. Ucrania, un país soberano, se vió en los últimos días invadido y bombardeado por el ejército ruso. Esta maniobra está desatando una guerra cuyo impacto aún se desconoce y hay diferentes expectativas sobre qué países pueden llegar a terminar involucrados en este conflicto, o si estas tensiones y enfrentamientos serán detonantes de nuevas contiendas que estaban latentes hasta el momento en distintas partes del mundo y que tienen algunos personajes en común.
Se puede notar que todo esto se da en un compejo contexto de decisiones y alcances políticos en el que tienen lugar mandatarios de índoles diversas como lo son Estados Unidos, OTAN, los propios gobiernos ucraniano y ruso, e incluso bloques y organizaciones internacionales como la UE y la ONU en el típico rol que han cumplido en este tipo de conflictos a lo largo de su historia: no logrando hacer nada para evitarlos y, la mayoría de las veces, empeorándolos una vez que se desatan. En este momento, y como últimamente estamos acostumbrados a ver, los gobiernos de europa occidental parecen no estar tomando el asunto con la seriedad que se merece.
Por ahora, las únicas acciones que se pueden ver son vergonzosas y en parte peores que la propia omisión pues, hasta el momento, además de sanciones económicas como la expulsión de las entidades bancarias rusas del sistema SWIFT, por el cual se pueden hacer transacciones internacionales, destacan medidas tan ridículas que llegan a ser hasta de mal gusto, como no permitir que artistas rusos participen del famoso certamen EuroVision, y asociaciones deportivas como la FIFA y UEFA han decidido unilateralmente expulsar a los equipos rusos de todas sus competiciones deportivas.
Son decisiones que nada tienen que ver con el conflicto, totalmente simbólicas, y que prácticamente no afectan en lo más mínimo a los políticos y líderes involucrados en esta guerra, sino que sólo perjudican a personas de esas nacionalidades que nada tienen que ver con el conflicto, lo que constituye estas medidas como acciones meramente discriminadoras hacia los civiles que habitan los países que hoy se enfrentan.
Por eso hoy te pedimos tu firma, para hacer ver a todos la poca cautela y seriedad con la que se está manejando un asunto tan sensible que puede tener graves consecuencias en europa y el mundo, y para exigir al Parlamento Europeo que, si quiere tomar cartas en el asunto, haga algo real y útil, no como todo lo que venimos viendo hasta ahora.
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