Otro fracaso de Irene Montero y su inepto Ministerio de Igualdad.
La reciente ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como la ley “sólo sí es sí”, entró en vigencia en octubre de este año y sus efectos son una auténtica pesadilla: no sólo no protege debidamente a las víctimas, sino que en determinados casos por culpa de esta ley se les reducen las penas a culpables de delitos sexuales graves.
Impulsada por la infame “Ministra de Igualdad”, Irene Montero, quien celebra la sanción de esta norma como un éxito de la fracasada coalición gobernante que ella integra, una de las novedades es que se establece que el consentimiento en todo contacto sexual es decisivo a la hora de juzgar delitos de este tipo.
De ahora en más, para la ley, todo acto sexual sin consentimiento es considerado una agresión sexual. Se amplían los comportamientos punibles (se considera que la agresión no necesita violencia o intimidación para ser valorada como tal).
Bien, hasta aquí en teoría nada se oye mal, todo parece razonable. Lo grave de esto (que provoca que la ley genere resultados opuestos a los publicitados) es que la nueva ley no distingue entre abuso y agresión sexual: asigna penas más duras a los delitos más leves, pero en muchos casos beneficia a criminales que hayan cometido los actos más aberrantes que involucran violaciones e incluso asesinatos, permitiéndoles a ellos acelerar su salida de prisión y quedar en libertad antes de lo previsto por las leyes anteriores.
Quizás lo más reprochable de esto sea que se está poniendo en juego la integridad de las víctimas de este tipo de delitos y la propia justicia (creando antecedentes desastrosos en términos jurisprudenciales), sólo para limpiar la imagen del gobierno, que no pareció preocuparse mucho por estas cuestiones a la hora de legislar.
Una vez más, normas infundadas de un gobierno improvisado que sólo tiene como interés la publicidad y su imagen progresista/cool, nos traen a alzar la voz para condenar el bochornoso accionar de esta triste y fracasada clase dirigente.
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