Adrián Barbón es el primer presidente asturiano que quiere hacer de la llingua una lengua cooficial, así lo afirmó en su mensaje del Día de Asturias. De esta manera, Barbón ratificó su ruptura con la posición tradicional del PSOE y amenaza a la sociedad asturiana con un proyecto de graves consecuencias.
La cooficialidad de la llingua es innecesaria, peligrosa e
inasumible en lo económico.
La cooficialidad es innecesaria
Hoy la llingua está protegida por la “Ley de uso y promoción” y no hay ninguna limitación para usar, publicar, enseñar y aprender llingua. La llingua no es cooficial, pero no es ilegal. No hay en Asturias ningún déficit de comunicación; cada uno se expresa con total libertad de la forma que prefiere.
La cooficialidad es peligrosa
La experiencia de todas las autonomías con lengua cooficial nos enseña que, en TODAS ellas, es motivo de conflicto y división social. Una vez puesta en marcha, la cooficialidad implica necesariamente su obligatoriedad y aprendizaje a estudiantes, funcionarios, opositores, etc. La gente es obligada a hacer algo que no desea, surgiendo así el conflicto.
Mucha gente ha tenido que huir de Cataluña, País Vasco, Baleares, Navarra y Valencia: debieron abandonar esas tierras por los problemas derivados de las respectivas lenguas cooficiales. Desde hijos que no entendían en la escuela y/o eran señalados, hasta amenazas, pasando por la imposibilidad de acceder a un empleo público por no dominar la lengua cooficial.
Detrás de cada lengua cooficial hay un proyecto separatista. Aunque hoy parezca algo impensable en Asturias. Con la cooficialidad, los grupúsculos separatistas asturianos crecerían al calor de subvenciones, ayudas y privilegios en el acceso a las plazas de funcionario.
La experiencia catalana es la más ilustrativa: todo empezó con la inclusión de algunas horas semanales de catalán en la escuela, horas que cada vez fueron más. Hoy, la sociedad catalana está dividida, hay familias fracturadas, tiene un expresidente prófugo y recurrentes brotes de violencia. No queremos recorrer ese camino en Asturias.
La cooficialidad es inasumible económicamente
La economía de Asturias es la que peor evoluciona de toda España. Entre 2010 y 2019, el PIB asturiano no creció, mientras en España aumentó un 12% y en Madrid, por ejemplo, lo hizo un 20%.
El sector privado asturiano emplea a menos trabajadores que en 2002, pero el número de empleados públicos ha crecido un 32%. Esa disparidad se acentuaría con la cooficialidad por la gran cantidad de profesores, traductores y demás que habría que contratar.
La cooficialidad costaría unos 100 millones de euros por año. No solo se contratarían más empleados públicos, sino que se multiplicarían las subvenciones y hasta se crearía un nuevo medio público solo para emisiones en llingua. 100 millones de euros anuales significan 100 euros/año por asturiano. Pero la verdad es peor: son 330 euros anuales por cada uno de los que trabajan en el sector privado.
La deuda pública asturiana bate récords. Mientras la economía no crece, la deuda aumenta a un ritmo medio de 11% anual (2010-2019). El déficit y la deuda pública subirían más con la cooficialidad, por lo que el gobierno tendría otra excusa para no suprimir el injusto Impuesto sobre Sucesiones.
¡La amenaza es real!
El PSOE, Podemos e Izquierda Unida, los tres partidos favorables a imponer la llingua, tienen 26 diputados en la Junta General. Para reformar el Estatuto de Autonomía hacen falta 27. El diputado que falta sería Adrián Pumares, de Foro Asturias. Aunque Foro se presentó a las elecciones diciendo estar en contra de la cooficialidad, Adrián Pumares se ha mostrado dispuesto a apoyarlo.
La buena noticia es que estamos a tiempo de parar esta locura. Ya está en marcha una campaña de recogida de firmas en papel, que ahora reforzamos con esta iniciativa online, ambas compatibles y en paralelo. Cuantas más firmas se reúnan, más fuerza tendremos.