El Partido Socialista se pasa a la represión en Navarra. Pide la dimisión del consejero de interior Javier Remírez
La deriva autoritaria de la izquierda en el poder aumenta cada día que pasa. La represión contra el creciente número de personas que protestan contra el gobierno subió ayer a otro nivel cuando la Policía Foral hizo acto de presencia en el Paseo Sarasate de Pamplona para ordenar a los concentrados que se disolvieran e identificar a varios de ellos con la aparente intención de imponerles algún tipo de futura sanción. Los concentrados, que se manifestaban pacíficamente, protegidos con mascarillas y respetando el distanciamiento social, tuvieron ayer la ocasión de comprobar en primera persona el carácter autoritario de los actuales gobernantes y el abuso del estado de alarma para reprimir el derecho a la libertad de expresión.
Unas horas antes una manada de proetarras se manifestaron en el mismo sitio sin cumplir la distancia de seguridad, tranquilamente gritando su tradicional “presoak kalera, amnistia osoa”, a favor de un preso de ETA que no es cualquier preso, sino el asesino de Tomas Caballero, el concejal de UPN asesinado en Pamplona en 1998. Es decir, reclamaban la impunidad de todos los asesinos. Porque aprueban sus crímenes. Porque justifican la violencia. Porque les parece bien asesinar a los que se les oponen, con total impunidad.
La Policía Foral no hizo otra cosa que cumplir órdenes políticas del consejero de Interior del Gobierno de Navarra, el socialista Javier Remírez. Así le da alas el PSOE a sus socios de la “kale borroka”, a ellos se les permite todo y a los que no van a generar disturbios, acción desproporcionada en empleo de medios.
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